KNIFE FOR THE LADIES, A (1974)

Títulos en español:
- SENTENCIA SILENCIOSA [TV] (Argentina)
- CUCHILLO PARA DAMAS (España)

Dirigida por:
Larry Spangler
Protagonizada por:
Jack Elam
Ruth Roman
Jeff Cooper
John Kellogg
Gene Evans
Estudios: Bryanston (Prod.-Distr.)
País: EE.UU.
Estreno: Mayo de 1974
Estreno en Argentina: 25 de Septiembre de 1998
Duración: 51'
Género: Western

Títulos alternativos:
- JACK THE RIPPER GOES WEST [DVD] (EE.UU.)
- SILENT SENTENCE [TV] (EE.UU.)
- KNIFE IN THE DARK, A [Video] (G.B.)

Reseña crítica:  A mediados de la década del setenta, Bryanston Pictures adquirió notoriedad por distribuir cine independiente hoy de culto, como THE TEXAS CHAINSAW MASSACRE (Arg: La masacre de Texas / Esp: La matanza de Texas-1974), ANDY WARHOL'S FRANKENSTEIN (Carne para Frankenstein-1974) y THE DEVIL'S RAIN (La lluvia del diablo-1975). Antes de lanzarse con estos títulos paradigmáticos, la empresa probó suerte con A KNIFE FOR THE LADIES, western con un asesino de prostitutas que evoca al cuchillero victoriano Jack el Destripador.  
  Los primeros minutos de metraje no dejan lugar a dudas. Un pueblo del oeste en sombras, un cuarto de hotel, un cliente que se despide de su amante y la irrupción de un personaje misterioso que la cámara enfoca de los tobillos para abajo. Cuando la mujer despierta, el agresor la degüella de una estocada. Sobre un sugestivo y sangriento fotograma congelado se proyectan los títulos de crédito. Bajo estas tónica se desarrolla un film que de western solo tiene el ámbito y dos o tres elementos conspicuos, como el celo por el linchamiento o el prejuicio racial contra los mexicanos, y que estará centrado en una investigación por partida doble. Primero, la de Burns (Jeff Cooper), un detective privado de la ciudad que es contratado por el preocupado juez del pueblo (John Kellogg), ansioso por resolver la cuestión antes que se vaya de las manos. Y, en todo momento, la del borrachín sheriff (Jack Elam, en uno de los pocos protagónicos absolutos de su filmografía), que da cosas por asumidas y confía demasiado en la intuición. No pasa mucho que ocurre un segundo asesinato, una atractiva mexicana, y su apuñalamiento es mostrado con una subjetiva de la víctima que lo sufre, un hallazgo cinematográfico digno de un giallo. El resto del film consistirá en la agria rivalidad entre Burns y el sheriff que se resuelve tras incontables afrentas y humillaciones, con una estupenda pelea a puño cerrado entre ambos. Luego, tal y como en la vida misma, los adversarios se reconcilian y se proponen descubrir la identidad del asesino. Un antagonista, el cabezón Gene Evans y sus dos secuaces, responsables del linchamiento de un mexicano que estaba de paso; la presencia de una viuda respetable cuyo marido fundó el pueblo (Ruth Roman) y la presencia de dos galenos, el doctor del pueblo y un barbero que también oficia de forense, ofician de sospechosos que aportan nervio al misterio. Sin embargo, cualquier espectador que tenga fresca LA RESIDENCIA (1969) de Chicho Ibáñez Serrador, velozmente se dará cuenta quién podría ser el responsable y por donde viene la mano. Tras la primera media hora, con la ingeniosa puesta en escena de los crímenes, el interés del film decae para confluir en un desenlace previsible aunque correcto.  
  En la época era común citar nombres de intérpretes famosos que en la práctica tenían más que contados minutos en pantalla (John Carradine fue uno de los más típicos que entraban en esa variante). En este caso, el relato realmente le saca el jugo a Elam y al resto de los veteranos. Este detalle junto a la carencia de pretenciones y el veloz ritmo narrativo son elementos tan atractivos como el concepto mismo de un destripador en el oeste. En un momento climático, la banda sonora resalta por encima de las imágenes, al combinar la revelación del misterioso criminal con la cortina musical de la serie THE INVADERS (Los invasores-1967/68), probablemente ofrecida como relleno por Dominic Frontiere, de cuya autoría también era la música de la canción “Evil Lady”, tema que el realizador ubica tras el desenlace para evitar el posible spoiler del título.  
  Párrafo aparte merece el periplo del film para su distribución. En pos de apostar a una distribución nacional, Bryanston concertó un acuerdo con National General, que tenía rango de acción de major. Sin embargo poco antes del estreno, la compañía fue liquidada por la corporación que la poseía, vendiendo las salas cinematográficas a una empresa y el archivo fílmico –así como contratos de distribución– a la Warner. Es el número de junio 2011 de Video Watchdog de Tim Lucas, se aporta algo de luz a la cuestión. Si bien Warner lanzó el film (así como un maravilloso afiche), entre 1975 y ‘76, Bryanston exhibició KNIFE... en circuitos de programas dobles y triples antes de entrar en convocatoria y arriar velas. En la época del DVD, volvió a la vida con un metraje hiper reducido (de poco más de cincuenta minutos) y con el estrambótico título de JACK THE RIPPER GOEST WEST, proveniente de una edición en VHS, a su vez, salida de una de las copias de Bryanston, abreviadas para servir de complemento. Hace poco, la aparición de una copia con el título de SILENT SENTENCE, con 82 minutos de metraje (sin cortes) y con subtítulos en sueco, elevó la calidad final del film, de acuerdo a incontables comentaristas que han sacado chispas con la versión de menos de una hora. [Cinefania.com]
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