Reseña crítica: Bajo una lluvia torrencial el Dr. Anand (Manoj Kumar) conduce hacia su casa hasta que se topa con una mujer vestida de blanco (Sadhana) a la que, a duras penas, evita arrollar. La chica responde de manera extraña a las inquisiciones de Anand ("¿quién es Ud?" "Nadie", "¿Para dónde va?" "A ningún sitio"), aceptando subir a su coche pero con la condición que el galeno deje las preguntas para otra ocasión. Finalmente, al pasar por un cementerio, la misteriosa dama de blanco baja y desaparece en medio de la niebla, internándose en el camposanto. Hay un chirrido espeluznante y se inicia un emotivo tema musical, dando pie a los créditos de la película. Anand vuelve a la ciudad y se encuentra con su prometida, Seema (Helen) a quien narra detalladamente los hechos previos. Seema, escéptica, se dedica a entonar algunas canciones, como por ejemplo un agradable twist con gran coreografía. Sin embargo, sufre un confuso atentado y fallece, debido a una letal inyección de cianuro. ¿Quién pudo ser el responsable? La policía deduce que el único que pudo propiciar semejante muerte fue un médico, pero no tiene mayores pistas o evidencias. Sin sospechosos (y sin más canciones de la atractiva Seema), Anand entra en una depresión de la que es interrumpido una tenebrosa noche de tormenta cuando es llamado telefónicamente para visitar a una chica enferma en una enorme y antigua mansión. El lugar parece no haber tenido mantenimiento durante años, pero aún así está habitado y su paciente resulta ser la misma chica de la carretera. Pero Anand llega tarde, porque la misteriosa joven acaba de morir. Al retirarse, un par de policías le informan que la casa ha estado vacía desde hace mucho tiempo y que varios médicos han estado siendo llamados, llegando tarde y encontrándose con la paciente muerta. Tras este nuevo y espeluznante golpe, Anand comienza a pensar que fuerzas extrañas lo rodean, idea que cobra fuerza cuando encuentra un viejo recorte de periódico en que observa la fotografía de la misteriosa chica como una víctima fatal de un accidente ferroviario. ¿Será un demonio sobrenatural o es que Anand se está volviendo loco? Pero prestemos atención a un detalle obvio disimuladamente insertado al principio de nuestra historia: un albaceas llega al hospital para solicitar un certificado de sanidad mental del Dr. Anand alegando que es la única condición para recibir una cuantiosa herencia. ¿Se tratará todo de una conspiración urdida por aficionados al cine hollywoodense de los años '30, época en que esta trama se repetía una y otra vez en viejas comedias de sustos? La película ofrece 100 minutos más de recursos narrativos estériles, personajes extravagantes de interesés oscuros y diálogos que no llevan a ninguna parte. Por contraste, los numerosos temas musicales - a veces sumamente breves - sólo están embellecidos con movimientos de cámara, dando la impresión que el director concentró sus mejores recursos en la ambientación de las varias secuencias fantasmagóricas, en el camino del cementerio, en la casa embrujada y en un bosque nevado. El clímax, de tensión ligeramente aceptable, apenas alcanza a redimir todo lo anterior y la detallada explicación del inspector de turno (Raj Mehra), intenta atar todos los cabos sueltos que dejó el guionista... sin lograrlo, por cierto. [Cinefania.com]
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