POSTMAN, THE (1997)
- MENSAJERO, EL (Argentina)
- MENSAJERO DEL FUTURO, EL (España)
Dirigida por:
Kevin Costner
Protagonizada por:
Kevin Costner
Will Patton
Larenz Tate
Olivia Williams
James Russo
Estudios: Warner (Prod.-Distr.)
País: EE.UU.
Estreno: 25 de Diciembre de 1997
Estreno en Argentina: 26 de Marzo de 1998
Duración: 177'
Género: C. ficcion
Kevin Costner
Protagonizada por:
Kevin Costner
Will Patton
Larenz Tate
Olivia Williams
James Russo
Estudios: Warner (Prod.-Distr.)
País: EE.UU.
Estreno: 25 de Diciembre de 1997
Estreno en Argentina: 26 de Marzo de 1998
Duración: 177'
Género: C. ficcion
El enfrentamiento final acaecerá tras numerosas instancias y, bajo las reglas de los propios holnistas, consistirá en un combate mano a mano entre dos campeones de cada bando, un poco como si fuera una justa medieval. Previo a eso, Costner oficiará de “dador de semen” para un joven matrimonio que no puede tener hijos (Olivia Williams y Charles Esten), quedará malherido y deberá ocultarse, volverá para contraatacar las tropas de Bethlehem pero, decepcionado por el alto costo en vidas humanas de algo que en el fondo fue una mentirijilla para obtener algo de comida, terminará diluyendo su ejército de carteros. Cuando lo piense mejor (Bethlehem también es un mistificador, su oficio previo era el de vendedor de fotocopiadoras*), terminará comandando nuevamente las tropas rebeldes.
El film es la adaptación de una novela de ciencia ficción de la década del ochenta que obtuvo premios y notoriedad. Carente de los efectos visuales propios del género –nada de CGI ni rayos–, THE POSTMAN es todo un western cuyo argumento pivotea con varios tópicos del género. El subyugamiento del débil por parte del más fuerte y la irrupción de un personaje ajeno al sistema que enciende una chispa en los oprimidos será el esquema básico en que se asienten las instancias dramáticas del asunto que, al ser bastante ambicioso, se toma su tiempo. Primero son tres cuartos de hora con la presentación del protagonista y los villanos. Tras un climax de tensión sigue media hora de relajamiento con un festival popular y escarceos amorosos. Luego, el asedio a un pueblo y una segunda huída, esta vez junto con una dama foco de interés romántico. Otro relajo de cuarto de hora, con la reunión del cartero con sus ignorados discípulos y el replanteamiento de la situación, nuevas escaladas de hostilidades entre uno y otro grupo, otro interludio musical, otra huída (esta vez con deslizamiento en teleférico) y la batalla final que da paso a un epílogo en que se recuerda la memoria del famoso cartero.
Como se ve, son unas cuantas etapas narrativas que toman casi tres horas de metraje. Y, como si fuera una ópera, el desafío consiste en sostener la premisa de principio a fin y mantener el interés. Para ello la realización recurre a escenas climáticas que, estando sólidamente respaldadas en lo fotográfico y la banda sonora, logran espectacularidad y tensión. Un elenco sin grandes figuras pero con dos o tres intérpretes sustanciosos (además del monumental Will Patton, hay que destacar a Daniel Von Bargen o Joe Santos) ofrecen valioso contrapunto a un protagonista cuyas gestualidad en ocasiones no está a la altura de sus contrapartes (eso se nota, por ejemplo, en una escena de despedida con Olivia Williams). Pero los combates, cabalgatas y persecuciones filmadas, no frente a una pantalla azul, sino en agrestes escenarios naturales, implican un estímulo, insoslayable y necesario en las grandes producciones.
El factor que conseguirá aglutinarlo todo proviene de la premisa fantástica que, como propone habitualmente la ciencia ficción, ambienta en el futuro una crítica social del presente. Es muy frecuente adoptar una postura combativa frente a los vicios de la sociedad actual, provista de tecnología, facilidad de interacción social y el más alto desarrollo de confort que jamás experimentó desde la invención de la escritura pero que, aún así, cae en el compromiso fatuo, los prejuicios, la soledad y el consumismo rampante. Y, como quien se queja de lleno, se evoca el recuerdo selectivo de un pasado edénico, una Edad de Oro, que fuera mejor que el presente. El relato supone un inexplicado apocalipsis que es mera excusa para observar las consecuencias del regreso al oscurantismo medieval. En ese sentido, THE POSTMAN discurre con algo de la alegoría de DER SJUNDE INSEGLET (El séptimo sello-1957), también protagonizada por un actor medieval, y algo de la nostalgia de SOYLENT GREEN (Cuando el destino nos alcance-1973) con un protagonista que observa un grifo del cual sale agua corriente o se lava con jabón de tocador como si fueran reliquias. Desprovista del maquillaje del tan criticado consumismo y la tecnología, la civilización vuelve a ser presa del feudalismo, expresión de la primaria pulsión humana de apoderarse de lo ajeno y tomar lo que le place, sin tener que pagar por ello (pulsión que el consumismo alivia sin muertos ni saqueos). Bajo ese punto de vista, algo tan nimio y en desuso como escribir una carta cobra estatura simbólica. No se trata solamente de hacerle saber a un pariente que uno está bien, sino de la confianza y la seguridad de que alguien anónimo llevará el mensaje hasta su destinatario. Se trata, por ende, del valor y utilidad de las instituciones. Y es notable que la trama no presente ninguna salvo una antigua sede del correo que, a la brevedad, es incendiada por el villano.
Con estos interesantes elementos argumentales, dignos promotores de polémica y agitación neuronal, el film instaló la automática comparación con el gran éxito de Kevin Costner DANCES WITH WOLVES (Arg: Danza con lobos / Esp: Bailando con lobos-1990) que contribuyó a revitalizar el western clásico. Mientras aquel film le acarreó todo tipo de premios y alabanzas críticas, multiplicando por 20 su presupuesto, THE POSTMAN requirió 80 millones de inversión y solo recuperó una quinta parte. Es que criticar la injusticia contra el indio implica un punto de vista progresista y encontrarle el valor al consumismo y las instituciones, a uno reaccionario.
* Parecería desprenderse cierta analogía entre ambos antagonistas, con un actor que recita pasajes de libros y un vendedor de máquinas que los fotocopian y, en algún sentido, matan al libro. [Cinefania.com]
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Reparto Ver créditos | |
Kevin Costner Kevin Costner (1955) | ... el Cartero |
Will PattonWill Patton | ... Gen. Bethlehem |
Larenz TateLarenz Tate | ... John Stevens, alias Ford Lincoln Mercury |
Olivia WilliamsOlivia Williams | ... Abby |
James RussoJames Russo | ... Idaho |
Daniel Von Bargen Daniel Von Bargen (1950-2015) | ... Alguacil Briscoe |
Tom PettyTom Petty | ... Alcalde |
Scott BairstowScott Bairstow | ... Luke |
Giovanni Ribisi Giovanni Ribisi | ... Bandido |
Roberta MaxwellRoberta Maxwell | ... Irene March |
Joe Santos Joe Santos (1931-2016) | ... Cnel. Getty |
Peggy LiptonPeggy Lipton | ... Ellen March |
Rubros Técnicos | |
Dirección: | Kevin Costner |