Reseña crítica: Versión norteamericana de una película mexicana titulada LA MARCA DEL MUERTO (1960), en realidad es la misma película, que fue comprada por Warren, quien le agregó nuevas escenas (con actores norteamericanos). Los primeros minutos, que corresponden a un dinámico montaje del apresamiento y ejecución de un médico loco que secuestraba chicas para transfundirse con el fluído sanguíneo de sus víctimas se echan a perder con los soporíferos nueve ininterrumpidos minutos de charla entre un inspector obeso (Bruno Ve Sota) y su colega (Robert Christopher) mientras un masajista (Chuck Niles) atiende al gordinflón. La acción pasa del siglo XIX a la actualidad, con un científico descendiente de aquel asesino, que recupera el cadáver reseco de su abuelo y lo revive, merced a la hemoglobina de una nueva víctima. Las secuencias sin diálogo (el científico experimentando con una criada, la resurrección del médico loco o su acechanza por nuevas víctimas) demuestran que el film original tenía climas aceptables, sugerente iluminación, fotografía excepcional y acordes musicales estridentes y atmosféricos. Los insertos de Jerry Warren, repletos de diálogos de relleno y filmados con la pericia de un amateur, frenan el ímpetu narrativo mexicano. En algunas secuencias, Warren utiliza el recurso de incluir secuencias mexicanas dialogadas pero reemplazando el audio original con una narración en off anticinematográfica y que solo habrá servido para ahorrarse unos dólares en doblaje. Aún así, tuvo la decencia de acreditar a los técnicos y realizadores originales: guión de "Joseph Unsain"; música de "Gustav Carrion"; fotografía de "Richard Wallace"; producción de "Alfred Ripstein" y dirección de "Frederic Corte". En su momento, se anunció como "An Experiment of Terror! A Result of Horror!"... pero, a juzgar por lo visto, el único "resultado de horror" es concerniente al montaje. [Cinefania.com]
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