MARSHAL OF AMARILLO (1948)

Dirigida por:
Philip Ford
Protagonizada por:
Allan Rocky Lane
Black Jack
Eddy Waller
Mildred Coles
Clayton Moore
Estudios: Republic (Prod.-Distr.)
País: EE.UU.
Estreno: 15 de Julio de 1948
Duración: 60'
Género: Western

Reseña crítica:  La incursión nocturna en un fantasmagórico hotel atendido por un conserje de porte mortuorio que habla con personas inexistentes y la inminencia de un asesinato es síntoma inequívoco que un western bordea las fronteras del weird. MARSHAL OF AMARILLO, envío de la serie de Allan Rocky Lane para Republic nuevamente dirigido por el sobrino de John Ford, es el film que cumple con tal requisito.  
  En un poco habitual gámbito, el primer cuarto de hora del film está protagonizado por el secundón de Rocky, Eddy Waller. A pie en el medio de la pradera, hace una especie de “autoestopismo” para abordar una diligencia donde conoce a sus dos pintorescos pasajeros, el comediante Eddy Williams y el anciano Tom Chatterton. Perseguidos por unos ladrones a caballo, el conductor de la diligencia (Roy Barcroft) sabotea el vehículo y si bien se salvan de los rufianes, deben pasar la noche en un hotel donde son recibidos por un extraño conserje (Denver Pyle) que parece hablar y moverse como un vampiro. Mientras la noche proyecta sombras ominosas en las escaleras y pasillos, Waller se topa con el cadáver de uno de los pasajeros de la diligencia, que ha sido apuñalado. Temiendo por la vida del anciano pero incapaz de movilizarlo de su habitación, decide marcharse en plena noche. Al otro día, rescatado por Rocky, que descubre el citado cadáver, deciden regresar al hotel para investigar. Al llegar, hay otro conserje (Trevor Bardette, más amigable pero igualmente sospechoso), un huesped afable (Clayton Moore) y una anciana de armas tomar (Minerva Urecal). Todos afirman no haber visto antes ni al muerto, ni al anciano y mucho menos al pobre Eddy Waller, que comienza a pensar que ha perdido el sano juicio. Y, claro, teniendo el pobre viejo unos cincuenta mil dólares con los que pensaba adquirir un inmueble, su desaparición remite la trama automáticamente a un clásico de Hitchcock: THE LADY VANISHES (La dama desaparece-1938). El asunto resulta ser una conspiración de Clayton Moore, que mantiene secuestrado a Chatterton para obligarlo a revelar donde ocultó el dinero. Empleando lógica y deducción, Rocky investiga el caso sin perder tiempo y aquello que a Hitchcock le toma 97 minutos, a Philip Ford solo 60.  
  Desde luego, a partir del momento en que se revela el secuestro del anciano, la aparición de su preocupada hija (Mildred Coles), un par de pasos de comedia animados por Tom London junto a su casamentera hija (Lynn Castile) y la persecución y espectacular muerte de cada uno de los secuaces o implicados en este negocio turbio, el film abandona ese inicial clima sobrenatural y de misterio. Pero lo que no consigue en un ámbito, el realizador lo obtiene en otro. Hay vigorosas secuencias de acción, notables persecuciones a todo galope o tiroteos todo lo cual es, a fin de cuentas, la sal del género. [Cinefania.com]
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