¿GRONDONA AL HELICÓPTERO?

El fútbol argentino está viviendo momentos que me hacen acordar a los que vivía el país en aquel inolvidable diciembre de 2001, cuando todo un (des)orden de cosas se estaba desmoronando.

[Nota del 9 de junio de 2007: no, si nosotros al pronosticar el futuro en noviembre pasado la teníamos clarísima...]

En estos meses ha habido negocios incomprensibles (tanto de la AFA como de los clubes); barras bravas que se movían como dueñas de un club muy grande, gozando de una impunidad escandalosa; varios partidos suspendidos por incidentes (Olimpo - Ferro, Godoy Cruz - Arsenal, Independiente - Racing) o porque la policía se negó a brindar seguridad ante un desafío judicial a la imposición del derecho de admisión a los barrabravas (Racing - Boca), o porque el presidente del club local (que además iba ganando 1-0 gracias a un penal dudoso) increpó al juez del partido (Gimnasia de La Plata - Boca).

Y con este último incidente se desató la locura: el citado árbitro, Daniel Giménez, que además había denunciado al presidente de Gimnasia ante la policía, no ratificó la denuncia para no escupirle el asado a los dueños del circo; al presidente le aplicaron una sanción meramente nominal, y el partido se terminó de jugar... dos meses después. Y entonces, con River interesado en incentivar a Gimnasia para que le complicara el campeonato a Boca y los hinchas triperos con la sangre en el ojo tras la goleada sufrida en el clásico platense (0-7 ante Estudiantes) y ante la posibilidad de que una victoria de su club dejara al eterno rival muy bien parado con vistas al campeonato, amenazaron a los jugadores de Gimnasia con "un tiro en cada pierna" si... ¡ganaban! Obviamente el partido fue un bochorno, Boca tardó cuatro minutos y medio en pasar del 0-1 al 2-1 (ayudado por fallos escandalosos de Giménez) y se abrió una investigación judicial por las amenazas, que no llegó a nada porque los jugadores (temerosos de las represalias) negaron todo. Hubo un amago de paro de futbolistas, una crisis en el gremio y una decisión increíble de la AFA: los partidos se iban a jugar no sólo sin hinchas visitantes ¡sino sin hinchas locales que no sean socios! Y ante un partido que por decisión de la AFA se iba a jugar sin espectadores (Racing - San Lorenzo) los hinchas de ambos clubes tomaron la misma determinación: rebelarse y formar un piquete frente a la concentración de cada plantel e impedirles partir hacia el estadio. Los jugadores terminaron negándose a jugar en estas condiciones.

Pasaron tantas cosas que uno ya perdió el registro. El caos es tan grande que unos cuantos olieron sangre: el poder de Julio Grondona nunca pareció tan cercano a su fin. ¡Si hasta Fernando Niembro, el Neustadt del fútbol, se le dio vuelta! El gobierno ve la oportunidad de apuntarse un porotazo ante los votantes y meter mano en uno de los ambientes más corruptos de un país que no se destaca por su transparencia, y prepara el apoyo a un dirigente intachable como el ex presidente de Vélez, Raúl Gámez, para dirigir la AFA. Y por si faltaran elementos, Clarín ve la oportunidad de ganar posiciones en el negocio de la televisación.

Don Julio, mientras tanto, quiere hacer notar que es el único que puede garantizar la continuidad del negocio: el pasado viernes 17 arrastró a los clubes a comunicarle a las empresas que manejan el negocio de la TV "que se abstengan de comercializar los derechos televisivos del fútbol argentino, en sus tres categorías, a partir del 30 de junio del 2007".

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